Seguro que no soy yo la única por aquí que se llena de ilusión cada vez que uno de sus peques hace o elige algo que, de alguna forma, hace que me vea reflejada en ellos. Con los juguetes, por ejemplo, es sorprendente hasta qué punto podemos llegar a tener gustos comunes.
Eso es Bebelux, una marca cuyos juguetes hacen que pasado y presente se funden. Porque cada una de las piezas que salen de su taller, no solo se convierten en objeto de deseo de pequeños, también de mayores, porque son verdaderas obras de arte, joyas de colección.
Es por eso, por la belleza y magia que engloban a partes iguales, que la Navidad tiene mucho de Bebelux. Y también mucho de esa magia de día de Reyes, en la que uno de sus carritos aparece debajo del árbol.