Los turbantes de Marcela abren y cierran etapas, y son el producto elegido para mí para dar la bienvenida a la primavera. Porque sus tejidos son calma, luz, emoción… y porque mi pequeña y yo nos enamoramos de ellos hace mucho tiempo y, hasta el momento, la han acompañado en muchos momentos de su vida.
Etapa que cerraban y abrían y que la encuentran con turbantes suaves, dulces, con cintas únicas que le daban un toque único. Amo los turbantes de Marcela porque tienen esencia propia, porque cada uno de ellos está diseñado con esmero, cuidado al mínimo detalle y confeccionado para cuidar.
Sircus es la historia que cada uno de los turbantes cuentan. Mezclando con esmero tejidos lisos y estampados de colores, en los que no faltan las combinaciones, los detalles y y ese detalle que caracteriza cada una de las creaciones de esta marca tan personal como única.