El tema de las alfombras es delicado. Hay a quien le encanta, y también quien las odia. Yo estoy en medio. Me encantan, pero depende de la alfombra, puede parecerme poco práctica. Aunque si hablo solo de estética, me quedo en el grupo del que les gusta. Y quiero enseñaros varias opciones PRACTICAS para ponerlas en habitaciones infantiles. Lo primero y más importante: Fáciles de limpiar. Estaréis de acuerdo conmigo en que una habitación infantil tiene que tener elementos que sean fáciles para limpiar y ordenar. En este caso, me quedaría con dos tipos de alfombra:
–Alfombras vinílicas: Seguramente las hayáis visto. Se trata de una alfombra de vinilo, con un dibujo o textura impresa. No vais a tener calidez ni el gustosito de una alfombra peludita, pero se pueden limpiar con fregona. En realidad sirven para:
- Evitar el suelo frío.
- Disminuir el ruido.
- La verdad que amortiguan bastante bien los golpes de los juguetes.
- Decorar.
– Alfombras lavables en lavadora. Las más famosas son de la marca Lorena Canals. Son alfombras con esa textura peludita y suave, pero son muy finas. Así que se puede lavar en una lavadora y se quedan como nuevas. Mi consejo es que, aún así, recurráis a una lavandería y ¡no sometáis a vuestra lavadora a ese peso! Estas son mis favoritas. Me encanta la sensación de calidez que aportan. Aunque viviendo en una ciudad en la que hace calor, solo las usaría en otoño e invierno. ¿Una idea? Elige tonos neutros como cremas o tostados, con algún patrón en otro color o con otra textura. Así no te cansarás tan rápido de ella e incluso podrás usarlas en otras estancias.
Y vosotras ¿alfombra sí o alfombra no?
