Aunque podríamos hablar de ser madre y seguir siendo mujer. Algo así como lo que escribe Laura Baena en la última colección del Club de las Malasmadres y que tantas veces ha repetido: «Que mi M de Madre no aplaste mi M de Mujer». O como lo que reivindica Raquel López en uno de los libros más inspiradores que hemos leído: «Cuidarse para cuidar».
¿Y qué significa eso? Nos preguntamos a veces sin encontrar respuesta.
En nuestro caso, encontrar ese rato para nosotras, pero no como lo último, en caso de que sobre tiempo, sino como prioridad. Más que un escape, una forma de reencontrarnos con nosotras mismas, de disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen felices en soledad, o en pareja, o en grupo, pero pensando, principalmente en nosotras. Ser mujer y madre, sin renunciar a ninguna de ellas.
Carla: «Estas son las cosas que hago por mí».
- Salir a pasear al sol, a veces sola, otras con mi chico, disfrutando de la música o de hablar, solos, sin los peques reclamando atención.
- Levantarme una hora antes para hacer mis ejercicios y desayunar en silencio, con el libro de turno como única compañía.
- Pintar. Hace unas semanas, por casualidad, descubrí las acuarelas, y me regalan varios ratos de felicidad casi a diario.
- Escribir. Es mi momento de reflexión, de sacar todo lo que llevo dentro, de gritar cada una de las sensaciones que recorren mi piel.
- Quedar con mis amigas, aprovechando que los peques están en la escuela infantil, o que se quedan con su abuela. Disfrutar de un café, de una comida que se alarga todo el día, de las risas, de las confidencias, de reencontrarnos (aunque ahora esto se resume en llamadas de teléfono o mensajes, volverán).
- Ir a la pelu, a la estética o al fisio. Cuatro salidas al mes, para cuidarme, para sentirme cuidada.
- Aprovechar que mi madre y mi hermana están para disfrutar de una cena en pareja, de una noche de hotel y de un desayuno para dos (en mi caso, la abuela y la tita me ayudan a cuidarme).
- Llenar de besos a mi hijo y a mi hija mientras duermen y hacerles cosquillas cuando están despiertos. Porque su piel y su risa me dan la vida.
María: «Las cosas que hago por mí»
- La fotografía y la edición. Ese ratito de pensar en los planos,, montar los rincones y de sentarme a editar. Simplemente, desconecto.
- Pintar acuarelas. Aunque es una actividad que suelo compartir con mi pequeño, me encanta hacerlo sola también. Una película, una copita de vino blanco, y a pintar y experimentar con los colores.
- Aprender ballet y desconectar del mundo mientras hago plies y releve, y durante esa hora no pensar en nada. Recargar pilas con Tchaikovski como fondo.
- Aprovechar y dejar al pequeño con los abuelos y salir a pasear en pareja, a tomar un café y a recuperar ratitos de pareja.
- Desayunar sola. Con el silencio como fondo, mientras planifico el resto del día.