Siempre que pensamos en la deco de una habitación infantil tendemos a pensar en tonos claros o pasteles. Desde los rosas, azulones, o mostazas, pero ¿y el marrón? El gran olvidado. No se nos olvide que es el color del chocolate, y hay pocas cosas mejor que el chocolate (y eso es una gran verdad). El marrón es un color que nos da mucho juego a la hora de decorar, empezando por la amplia gama de color que tiene, hasta la facilidad para lograr combinaciones armoniosas. Me gusta especialmente junto a tonos como el menta empolvado, celestón, rosa maquillaje, nudes y mostazas.
Pero a la hora de la verdad, ¿cómo introducimos los tonos marrones? Si hablamos de tonos oscuros, cuidadín. En las estancias solemos buscar amplitud, y por eso se recurre tanto a los blancos. Podemos optar por el marrón en pared y quedará ideal, pero no para la habitación al completo. Sin embargo, en una pared solo o a media altura de zócalo, te sorprenderá.
Si quieres en pared pero no liso, si no con algo de textura, opta por un papel pintado. También solo en una de las zonas de la habitación, para no recargar pero sí dar algo de personalidad!
Pero si no os atrevéis con las paredes, ya sabéis mi truco ¡los textiles! Son económicos de cambiar, se adaptan a la temporada y nos permiten crear un look y ambientación diferente de forma sencilla. Un dosel en tono chocolate es IDEAL para la zona de lectura y juegos, así cómo alguna colcha o mantita, ¿no crees?
Además el marrón combina genial con materiales tan presentes en casa como la madera clara y el bambú. El efecto con estos materiales será muy cálido y boho. Eso sí, evita usarlo con muebles de tendencia más moderna que use elementos como el acero o el mármol, porque dará una sensación más fría!
Y tú ¿te atreves con el marrón?