¡Buenas tardes!
Como buena madre primeriza, y ‘Malamadre’ en potencia, cuando nació Carlo yo no tenía ni idea de cómo cuidar a un bebé, ni en sentido general, ni en particular, ni de ninguna de las maneras. Tanto yo como el papá fuimos aprendiendo a golpe de eso que tanto escuchamos y que sirve para cada una de las etapas de la crianza (al menos de lo que nosotros llevamos hasta el momento): ensayo/error.
Preparamos su habitación, su ropa y su canastilla con lo que en ese momento nos pareció que era lo mejor, con todo aquellos que habíamos oído (y nos habían recomendado), supongo, que como tantos otros. Pero luego, la película, no fue como nos la habían contado (o no toda).
En el caso de Carlo, fue un bebé con la piel extremadamente sensible (sigue siendo un niño delicado), y desde la ropa hasta los geles, cremas, pañales y toallitas, todo tiene que cumplir con unas normas de suavidad, delicadeza, composición natural y demás. En el caso del cambio de pañal, la cosa se complicó bastante, porque además de que los solía desbordar (hasta que encontramos unos que son maravillosos y que continuamos utilizando actualmente por las noches) la mayoría le producían erupciones, debido a esta delicadeza. A ello contribuyeron las primeras toallitas, que tampoco le sentaban bien, pues además de ser excesivamente húmedas, la composición de colonia y otras sustancias hacían que se le irritase la piel.
Buscando, un día llegamos hasta las WaterWipes, que son una auténtica pasada. Nada de publicidad engañosa: son lo que dicen, 99,9% de agua purificada y una gotita de extracto de fruta que les proporciona un aroma suave, natural, a bebé. Nos encantaron. Son suaves, no dejan huella y, para nuestra sorpresa, continúan siendo eficaces a medida que el niño va creciendo. Hay algunas toallitas que, de tan naturales, llega un momento en el que no quitan el olor, pero las WaterWipes siguen cumpliendo con su cometido tres años después.
Así que aquí va, WaterWipes, recomendación de las buenas. Probadlas porque no os vais a arrepentir. ¡Os lo garantizamos!